El significado de las herramientas
varía en función del grado de quien las usa y también del autor que las
describe. En todo caso, la idea es de que el aprendiz trabaja sobre la piedra
bruta y el compañero la convierte en cúbica, para ello requiere de la Geometría,
de la mediciones, es decir del conocimiento. La escuadra representa la base de
la Geometría y de la medición, es el principio del conocimiento.
En una reflexión interesante que he
leído se afirma: ”… No obstante, las herramientas tienen entidad por sí
mismas. En este sentido, las herramientas que aporta el segundo grado tan solo
son útiles cuando están en equilibrio y estáticas, mientras que el cincel y
el martillo deben estar en movimiento. Parece como si los conocimientos aún
inciertos del primer grado deberían consolidarse en el segundo grado, o como
si la emotividad debiera integrarse en un proceso mental o racional y, por tal,
más sólido y estructurado”.
Esto empata con la idea de que el
compañero “supera” su aprendizaje de aprendiz y se prepara para llegar al de
Maestro, un medio camino entre lo uno y lo otro (sí, ya sé que siempre se es
aprendiz). Por ello la disposición del compás y de la escuadra. Como si el
aprendiz fuese el novicio, el compañero el artista y el maestro adquiere la
capacidad de enseñar (el compañero es auxiliar del maestro).
Me parece que las ideas son muy
interesantes porque plantean con precisión el desafío, siempre vigente, de que
se debe conocer y aplicar la Ciencia. NO EXISTE OTRO CAMINO POSIBLE. Y esto
está en estricta consonancia CON NUESTRAS MEJORES TRADICIONES Y FORMAS DE
ACTUAR, recuérdese, por ejemplo, como se acercaron los especulativos a los
operativos, porque allí se discutía lo mejor del conocimiento de la época.
Lamentablemente hay poca
consecuencia entre estos planteamientos y la difusa literatura masónica que
sigue embobándose con el kybalión y otras sandeces. ¿Cómo es posible que, quien
haya sido formado como compañero, pase a maestro y pertenezca a asociaciones
del New Age, leer los horóscopos. Una cosa es la tolerancia y otro, bien
distinta, la ignorancia. Si me apuran un poco, deberíamos incluso ser tan
consecuentes con el grado para ser agnósticos, pero en fin…
Un último aspecto es la cuestión
del equilibrio, los químicos estudiamos procesos en equilibrio, porque son los
más sencillos de modelar, pero éstos no siempre se cumplen, ni siempre son los
más importantes o interesantes, más adelante incluyo un relato sencillo de un
Premio Nóbel al respecto que, me parece cabe muy bien en esta temática.
Hasta aquí, más o menos interesante
, pero luego, es concurren afirmar cosas de este calibre:
“Las herramientas cambian de
orientación, y del plano básico u horizontal íntimamente unido a su interior,
se pasa a la vertical, donde desde la materia superada se inicia la búsqueda en
el horizonte espiritual situado ahora en espacio exterior a él, pero siempre
para volver a él mismo, a la regla, a la norma que le conduce hacia la estrella
flamígera. La perseverancia le ha llevado a esta nueva dimensión espiritual”.
He aquí, una de las fanescas de
confusión que suele haber en los textos. Exaltamos la Ciencia y, a renglón
seguido hablamos de espíritu, de mente (y conceptos fantasiosos similares). …Ya
ya que podría tomarlos en el sentido de “conciencia”, sí pero es una concesión
que se sale de la tolerancia o somos consecuentes en alguna cosa o hacemos un
credo kitsch, como un collage de cosas por aquí y otra de a cuyá, bueno es el
eclecticismo pero no tanto!!!!!!!!
La masonería, en general, también
debería considerar, en su conjunto, la necesidad de avanzar hasta otros
estadíos. Reflexionar sobre la “edad”, el “grado” que tiene y ensayar dar un
paso adelante, sin miedo. Para renovarse, en consonancia con su mejores
tradiciones y en consecuencia de lo que predica. Si se plantea el
perfeccionamiento del ser humano y lo categoriza y le da nuevas herramientas en
función de su avance, el grupo como tal, debería ir en busca de nuevas herramientas
o de nuevos significados de las mismas. Creo que ya he machacado bastante con
el asunto de la precaria geometría euclidiana a la que nos limitamos y a la
equivocada exaltación de lo regular como sinónimo de mejor, de bueno.
Y, a lo largo de la historia de la
masonería, sí se lo ha hecho. Precisamente el kybalión es prueba de ello. El
libro tiene su gracia para la época, precisamente los autores incorporan la
idea del éter porque era lo que en ése entonces se planteaba científicamente.
Lo equivocado no es el libro en sí mismo
sino que se persista en no leerlo con ojos críticos, históricos, científicos.
Hay miedo al cambio. Solo una
minoría de sabios y audaces no teme al cambio. A los demás los seduce primero,
los asusta después y acaban oponiéndose…
Traicionamos el esfuerzo de la
hermandad histórica que estaba plagada de revolucionarios de la Ciencia, de las
Artes, de la Música, de la Cultura,. La masonería requiere cambios tomando la
poesía del futuro…
EL DESORDEN CREADOR
ILYA PRIGOGINE
Las opiniones sobre
la noción de tiempo son, frecuentemente, variadas y contradictorias. Un físico dirá que ha sido introducida por
Newton y que el problema que esa noción plantea ha sido globalmente resuelto. Los filósofos piensan de manera muy diferente: relacionan el tiempo
con otras nociones, como el devenir y
la irreversibilidad. Para ellos,
el tiempo sigue siendo una interrogación fundamental. Me parece que esta
divergencia de puntos de vista es la cesura más neta dentro de
la tradición intelectual occidental. Por un lado, el
pensamiento occidental ha dado nacimiento a la ciencia y, por consiguiente, al
determinismo; por otro lado, este mismo pensamiento ha aportado el humanismo, que
nos remite, más bien, hacia las ideas de responsabilidad y creatividad.
Filósofos como Bergson
o Heidegger han planteado que el tiempo no incumbe a la física, sino a la
metafísica. Para ellos, el tiempo pertenece claramente a un registro diferente,
sobre el que la ciencia no tiene nada que decir. Pero estos
pensadores disponían de menos herramientas teóricas de las que tenemos hoy.
Personalmente,
considero que el tiempo brota de lo complejo. Un ladrillo del paleolítico y un
ladrillo del siglo XIX son idénticos, pero las edificaciones de las que
formaban parte no tienen nada en común: para ver aparecer el tiempo hay que
tomar en consideración el todo.
El no-equilibrio,
fuente de estructura
Los trabajos que he
realizado hace una treintena de años han demostrado que el no-equilibrio es
generador de tiempo, de irreversibilidad y construcción. Hasta entonces,
durante el siglo XIX y gran parte del XX, los científicos se habían interesado,
sobre todo, en los estados de equilibrio. Después han comenzado ha estudiar los
estados cercanos al equilibrio. Así, han evidenciado el hecho
de que, desde el momento en que se produce un pequeño alejamiento del
equilibrio termodinámico, se observa la coexistencia de fenómenos de orden y
fenómenos de desorden. No se puede, por tanto, identificar irreversibilidad y
desorden.
El alejamiento del
equilibrio nos reserva sorpresas. Nos damos cuenta de que no se puede prolongar
lo que hemos aprendido en estado de equilibrio. Descubrimos nuevas situaciones,
a veces más organizadas que cuando hay equilibrio: se trata de lo que yo llamo
puntos de bifurcación (1), soluciones a ecuaciones no lineales. Una ecuación no
lineal admite frecuentemente varias soluciones: el equilibrio o la proximidad
al equilibrio constituye una solución de esa ecuación, pero no es la única
solución.
Así, el no-equilibrio
es creador de estructuras, llamadas disipativas porque sólo existen lejos del
equilibrio y reclaman para sobrevivir una cierta disipación de energía y, por
tanto, el mantenimiento de una interacción con el mundo exterior. Al igual que
una ciudad que solamente existe en cuanto que funciona y mantiene intercambios
con el exterior, la estructura disipativa desaparece cuando deja de ser
"alimentada".
Ha sido muy sorprendente descubrir que, lejos del equilibrio,
la materia tiene propiedades nuevas. También asombra la
variedad de los comportamientos posibles. Las reacciones químicas oscilantes
son una buena muestra de ello. Por ejemplo, el no-equilibrio conduce, entre
otras cosas, a fenómenos ondulatorios, en los que lo maravilloso es que están
gobernados por leyes extremadamente coherentes. Estas reacciones no
son patrimonio exclusivo de la Química: la hidrodinámica o la óptica tienen sus
propias particularidades.
En el equilibrio, la
materia es ciega; lejos del equilibrio la materia ve
Finalmente, las
situaciones cercanas al equilibrio están caracterizadas por un mínimo de alguna
cosa (energía, entropía, etc.), al que una reacción de pequeña
amplitud las hace retornar si se alejan un poco de él. Lejos del
equilibrio, no hay valores extremos. Las fluctuaciones ya no son amortiguadas.
En consecuencia, las reaccíones observadas lejos del equilibrio se distinguen
con más nitidez, y por tanto, son mucho más interesantes. En el equilibrio, la
materia es ciega, mientras que lejos del equilibrio la materia capta
correlaciones: la materia ve. Todo esto conduce a la paradójica conclusión de
que el no-equilibrio es fuente de estructura.
El no-equilibrio es
un interface entre ciencia pura y ciencia aplicada, aunque las
aplicaciones de estas observaciones a la tecnología estén solamente en sus
inicios. Actualmente, empieza a comprenderse que la vida es, probablemente, el
resultado de una evolución que se dirige hacia sistemas cada vez más complejos.
Es cierto que no se conoce exactamente el mecanismo que ha producido la
primeras moléculas capaces de reproducirse. La naturaleza utiliza el
no-equilibrio para sus estructuras más complejas. La vida tiene una tecnología
admirable, que muy frecuentemente no llegamos a comprender.
Pensar en términos de probabilidades,
no de trayectorias
El no-equilibrio no
puede ser formalizado a través de ecuaciones deterministas. En efecto, las
bifurcaciones son numerosas y, cuando se repiten las experiencias, el camino
seguido no es siempre el mismo. Por tanto, el fenómeno es determinista entre las
bifurcaciones, pero es totalmente aleatorio en las
bifurcaciones. Entra en &directa contradicción con las leyes de Newton o de
Einstein, que niegan el indeterminismo. Evidentemente, esta contradicción me ha
preocupado mucho. ¿Cómo superarla? La actual teoría dinámica nos ofrece
herramientas particularmente interesantes al respecto. Contrariamente a lo que
pensaba Newton, ahora se sabe que los sistemas dinámicos no son todos
idénticos. Se distinguen dos tipos de sistemas,
los sistemas estables y
los sistemas inestables. Entre los sistemas inestables, hay un
tipo particularmente interesante, asociado con el caos determinista. En el caos
determinista, las leyes microscópicas son deterministas pero las trayectorias
toman un aspecto aleatorio, que procede de la "sensibilidad a las
condiciones iniciales": la más pequeña variación de las condiciones
iniciales implica divergencias exponenciales. En un segundo tipo de sistemas, la
inestabilidad llega a destruir las trayectorias (sistemas no integrables de
Poincaré). Una partícula ya no tiene una trayectoria única, sino que son
posibles diferentes trayectorias, cada una de ellas sujeta a una probabilidad.
Agruparemos estos sistemas bajo el nombre de caos. ¿Cómo
tratar este mundo
inestable? En vez de pensar en términos de trayectorias,
conviene pensar en términos de probabilidades. Entonces,
se hace posible realizar predicciones para grupos de sistemas. La teoría de caos esalgo semejante a
la mecánica cuántica. Es necesario estudiar en el ámbito
estadístico las funciones propias del operador de evolución (hacer su análisis
espectral correspondiente). En otros términos, la teoría del caos debe
formularse a nivel estadístico, pero esto significa que la ley de la naturaleza
toma un nuevo
significado. En lugar de hablar de certidumbre,
nos habla de posibilidad, de probabilidad.
La flecha del tiempo
es, simultáneamente, el elemento común del universo y el factor de distinción
entre lo estable y lo inestable, entre lo organizado y el caos. Para ir más
lejos en esta reflexión, es necesario extender los métodos de análisis de la
física cuántica, especialmente saliendo del espacio euclediano (el espacio de
Hilbert, en sentido funcional) en cuyo seno está definida. Afortunadamente, matemáticos
franceses, ante todo Laurent Schwartz, han descrito una nueva matemática, que
permite aprehender los fenómenos de caos y describirles en el ámbito
estadístico.
Pero el caos no explica
todo. La historia y la economía son inestables: presentan la apariencia del
caos, pero no obedecen a leyes deterministas subyacentes. El simple proceso de
la toma de decisión, esencial en la vida de una empresa, recurre a tantos
factores desconocidos que sería ilusorio pensar que el curso de la
historia puede modelizarse por medio de una teoría determinista.
El segundo tipo de
sistemas inestables evocados más arriba es conocido bajo la denominación de
sistemas de Poincaré. Los fenómenos de resonancia juegan en ellos un papel
fundamental, pues el acoplamiento de dos fenómenos dinámicos da lugar a nuevos
fenómenos dinámicos. Estos fenómenos pueden ser incorporados en la descripción
estadística y pueden conducir a diferencias con las leyes de la mecánica
clásica newtoniana o la mecánica cuántica. Estas diferencias se ponen de manifiesto en
los sistemas en
los que se producen colisiones persistentes,como los sistemas termodinámicos.
La nueva teoría demuestra que se puede tender un puente entre dinámica y termodinámica, entre lo
reversible y lo irreversible.
La inestabilidad no
debe conducirnos al inmovilismo
Nos encontramos en un período "bisagra"
de la ciencia. Hasta el presente, el pensamiento ponía el acento
sobre la estabilidad y el equilibrio. Ya no es así. El propio Newton sospechó
la inestabilidad del mundo, pero descartó la idea porque la encontró
insoportable. Hoy, somos capaces de apartarnos de
los prejuicios del pasado. Debemos integrar la idea de inestabilidad en nuestra representación del universo.
La inestabilidad no debe conducir al inmovilismo.
Al contrario, debemos estudiar las razones de esta inestabilidad, con el propósito de describir
el mundo en su complejidad y comenzar a reflexionar sobre
la manera de actuar en este mundo. Karl
Popper decía que existe la física de los relojes y
la física de las nubes. Después de haber estudiado la física de los relojes, ahora debemos estudiar la física de
las nubes.
La física clásica estaba fundada sobre un dualismo:
por un lado,
el universo tratado como un autómata; por
otro lado, el ser humano. Podemos reconciliar la descripción del
universo con la creatividad humana. El tiempo ya no separa al ser humano del
universo.
NOTAS
(1) Los puntos de
bifurcación son puntos singulares que corresponden a cambios de fase en el
no-equilibrio.
*
Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química en 1977.