viernes, 16 de julio de 2010

El ethos barroco o las estrategias para sobrevivir en América Latina

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El ethos barroco o las estrategias para sobrevivir en América Latina

La conquista europea más sostenida que ha vivido América es la de los cientistas sociales. Hasta estos días posmodernos y del socialismo mágico los vemos transitar por los campos, calles, montañas, playas, y selvas latinoamericanas ya sea en estado puro e individual o en la forma gaseosa de la ONG, laica o religiosa, pues qué es sino la Iglesia Católica sino la más grande y antigua ONG europea de antropólogos .¿Y qué hacen, aparte de salvar su alma? nos estudian, pues en la ciencia social moderna se trata el paradigma de que los habitantes de América Latina solo somos objetos y no sujetos del conocimiento científico. O acaso alguien ha visto a un cientista social ecuatoriano analizando la gracia que derrochan en el verano andaluz los alemanes borrachos; o a un sociólogo boliviano, levantando muestras en las aldeas piamontanas del extraño comportamiento del poblador italiano promedio que vuelve a votar por un fascista idiota, como Berlusconi, o a otro guatemalteco, que vive entre la remota tribu de los gallegos en Betanzos, donde los hombres tienen la costumbre de golpear a sus esposas y después comer garbanzos con chorizo . Pero en estas tierras, con solo sacar la mano, ustedes hallarán un heroico cientista europeo que vive entre las salvajes tribus latinoamericanas.

Es decir, somos para el continente hegeliano, objetos de muestreo, experimentación, pruebas, que tiene el fin de terminar imponiéndonos una visión del mundo, sea esta capitalista, socialista, separatista, y/o nacista.

Porque eso es lo que somos para los civilizadores, individuos exóticos que corren desnudos en un ambiente tropical, es decir los últimos salvajes buenos que lo único que podrían proponer al mundo es desde su condición de objetos o elementos del realismo mágico, macondos, bebidas de coco, sombreros de papagayo y toda una muy sostenida estética banana. Y en la medida de lo posible todo lo que acabo de afirmar ha sido corroborado por el ambiente académico local, dedicado como está, hasta hoy, al revisionismo ad infinitum de las mismas tesis europeístas sobre el ethos americano. Por eso sorprende al por ahora, pequeño grupo de salvajes que nos negamos a ser domesticados, que haya sido un ecuatoriano, precisamente el creador del Ethos Barroco, una novedad en la ciencia social, que por venir de quien viene, es decir de Bolívar Echeverría, riobambeño graduado en las Universidades de Berlín y Autónoma de México, en filosofía, y economía, todavía es tomado como una proposición exótica, incluso en su país de origen. Por eso debe ser que vive y da clases en México.

Pero antes de la definición, dos definiciones previas, ¿Qué es el Ethos, y qué el barroco?

El Ethos, según Aristóteles, es el modo de ser, el carácter, en definitiva el comportamiento de los humanos.

El barroco (o perla irregular)es un concepto estético y también una forma de comportamiento humanos. Es una reacción subversiva ante lo clásico, el renacimiento, y por ende ante la razón. Es el triunfo de los sentimientos y los sentidos sobre la inteligencia, el color sobre la forma, la convivencia de los claros con los oscuros, el desplazamiento de la figura protagonista, por las de todos, el desequilibrio ante la composición asimétrica, los distintos puntos de vista al de uno solo. El movimiento que viene dado por el uso de escorzos, diagonales y ondulaciones.

Tal vez lo que explique mejor este concepto es comparar la obra prototipo de lo clásico, la Gioconda o Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, que es la representación de una mujer con un solo punto de vista, para donde se desplace el observador los ojos de la Gioconda le seguirán. En cambio, en el barroco español de Velásquez, los personajes miran a distintos lados, y cada cual con su protagonismo conviviente. Importa la Infanta Margarita pero también los enanos , María Bárbola y Nicolás Pertusato. El rey Felipe IV y la reina Mariana de Austria, están en un plano secundario, así también el mismo Velásquez. Es decir en lo clásico, prima, impera, un punto de vista, en el barroco, hay varios que conviven y que desplazan la importancia hacia el conjunto, pero también al plano individual.

Por correspondencia histórica,. La conquista europea a las tierras americanas, se inicia y consolida en los siglos barrocos del 16 y 17. Por lo tanto, estos siglos marcan el inicio del ocultamiento, destrucción y transformación cultural de las complejas civilizaciones Mayas, Aztecas e Incas, acción colonizadora que tendría una respuesta de resistencia de los pobladores nativos a través de hacer suyo de manera intuitiva, mímica o académica, el concepto barroco, oponiéndolo al desvastamiento europeo, como un concepto estético que se vería reflejado en la plástica colonial en la que artistas y artesanos indígenas y mestizos ponían a vivir elementos propios de su cultura con los europeos, en construcciones, pinturas, esculturas, telares, ya sea como una estrategia de supervivencia a las condiciones coloniales, o como una de mantener viva una cultura insertada, camuflada o sincretizada con en otra

Ahora, qué es el Ethos Barroco

El Ethos barroco parte de una redefinición en el concepto de cultura, de explicar el Ethos, desde las corrientes estilísticas de la historia del arte, bajo el concepto de que en los campos del imaginario, América Latina ha resuelto los problemas de la realidad.

Cito las palabras de Bolívar Echeverría tomadas de la entrevista hecha por El Comercio (4 de agosto/07) a propósito del premio Libertador Simón Bolívar al Pensamiento Crítico, que le otorgó el gobierno barroco socialista petrolero de Hugo Chávez:

“Yo he denominado así (Al Ethos Barroco) a una estrategia de supervivencia dentro del capitalismo que ha adoptado América Latina, ya por varios siglos. Esta estrategia nos ha permitido vivir en medio de lo invivible. La peculiaridad de nuestros pueblos estaría dada por esta capacidad de trasladarnos a lo imaginario y, en esa dimensión, resolver los problemas que no hemos podido afrentar en la realidad”

El campo de acción del ethos barroco es Latinoamérica y su mestizaje que paradójicamente ha tenido la capacidad de abrirse hacia otras entidades culturales, símbolo de lo moderno, en contraposición con la conservación de la pureza cultural europea y de las zonas blancas, anglosajonas y protestantes de Estados Unidos, que al negar su mestizaje o dificultarlo, caen en un rasgo premoderno.

En ese sentido, concluiríamos que México, o Ecuador, tienen algunos aspectos que en sí son más modernos que los correspondientes a Europa o a algunos estados del sur del USA.

Además, como ethos histórico reemplaza a la ideología, pues es un principio de construcción de la vida, un comportamiento que hace vivible lo invivible, una manera de naturalizar lo capitalista, de volverlo cercano. Es en definitiva una estrategia de supervivencia, al capitalismo. Entonces, de manera estrictamente marxista, no es una estrategia de destrucción o reemplazo, más bien es de acercamiento, utilización y/o participación.

También hace referencia a una de las cuatro posibilidades de vivir en el capitalismo, cada una implica una actitud peculiar de distanciamiento o acercamiento-participación del capitalismo, estos son el Ethos Realista, el Ethos Romántico, el Ethos Clásico y nuestro Ethos Barroco. El Ethos Realista corresponde a Europa centro norte y EEUU, y el Barroco como lo dijimos a América latina, sobre todo los países con una población altamente mestiza como la mexicana, y ecuatoriana.

Para los cientistas europeos, el Ethos Realista es lo moderno y el barroco es el premoderno. Todos estos comportamiento analizados dentro del modernismo capitalista. Implica, también, todas las formas de producción y consumo de bienes, y de significaciones: formas restringidas como las culturales, y cotidianas, como la comida, el vestido, organización del trabajo. Distintas formas de aguantar, en lo cotidiano, las contradicciones de la reproducción capitalista.

Los 4 ethos enfrentan a la contradicción económica del valor (tiempo y ganancia de un bien)versus el valor de uso que es lo que realmente necesita el ser humano para el buen vivir. Actualmente esa contradicción se vería expresada en la siguiente situación: aumento de la producción de valores (plusvalía y ganancias) y destrucción de los bienes que mejorarían la vida humana (problemas ecológicos).

El Ethos Realista, niega la contradicción , dando importancia al valor, pues la creciente fijación en la producción de valores automáticamente se rescatan y mejoran los valores de uso.

El Ethos Romántico niega la contradicción pero se inclina al de uso, porque cree que la actual reproducción económica es organizada según las necesidades reales de los seres humanos.

El Ethos Clásico reconoce la contradicción, pero se apega al valor, de una manera estoica, pues a pesar de reconocer la existencia de la contradicción, sostiene con un distanciamiento y racionalismo estoico que la victoria del valor es inevitable

Y finalmente el Ethos Barroco que reconoce la contradicción pero se apega a la dinámica del valor de uso con las siguientes características:

a) Coexiste con el ethos realista

b) Combina paradójicamente un sensato recato con un impulso desobediente

c) Absurdo de rescatar el valor de uso por medio de la destrucción.

d) Saltar las barreras del realismo, tras haberlas percibido como infranqueables, para conseguir la felicidad humana.

Comparte con el Ethos clásico la tendencia de percibir la destrucción de los valores de uso, y con esto la felicidad humana, y con el realista la posibilidad de salvar los valores de uso dentro de la sociedad reinante. Estrategia que según Echeverría:

“Es una estrategia que acepta las leyes de circulación mercantil (…)pero lo hace al mismo tiempo que se inconforma con ellas y las somete a un juego de transgresiones que las refuncionaliza”

Este barroquismo es conflictivo, contradictorio, ya que por un lado es conservador, y por otro inconforme. Conservador porque no se rebela abiertamente en contra del sistema capitalista, y rebelde porque se opone a la destrucción completa de las posibilidades de goce, ya que son integrantes de una tradicional forma de vida.

Inconforme , porque no se somete por completo a la lógica del capital, es decir a la lógica del sacrificio de calidad de vida, por el bien de las ganancias de los propietarios.

Para el Ethos Realista, todo esta claro, no hay contradicción, el valor es el único que logrará desarrollar el valor de uso. El Barroco sabe que es una contradicción insuperable, pero vive en esa contradicción, y trata de rescatar el valor del uso, la capacidad de goce, disfrute aunque sea por momentos, en espacios escondidos y espontáneos.

Realista es en el reconocimiento del otro la afirmación del yo, es decir la transformación ilustrada del otro para reconocerlo. En el barroco se busca la convivencia con el otro que tiene distintas maneras de pensar y vivir. No transformarlo, sino aceptarlo. Existe el imperio de la dualidad en la comunicación, el no es relativo, como el sí.

Paralelo con el arte barroco, que es la capacidad de mezclar, combinar elementos que desde un punto de vista serio nunca estarían. Mezcla caótica que transgrede las reglas estéticas. No se entiende desde el punto de vista hegeliano, pero natural desde el latinoamericano, a excepción del punto de vista del poder, donde los elementos no se excluyen, ni cuestionan la prevalencia del uno sobre el otro ni los derechos de existir. Esto que filósofos europeos como Jurgen Habemas, provoca incomunicación y por eso incapacidad para la liberación, para Echeverría la facilita entre dos culturas distintas, porque juega con esa imposibilidad estructural: Funcionaliza los dobles sentidos, las negativas,, esto que no es funcional según los realistas, refuncionaliza la comunicación según Echeverría, es decir crea otro tipo de modernidad capitalista: la barroca.

El Ethos barroco, reconoce en el mestizaje, la manera de volver más agradable la vida, de mejorar el entorno, de superar, aunque todavía de manera poco consistente, el racismo.

El ethos barroco podría ser una aportación cultural para la modernidad en términos universales, pues desde la paradoja y desde la contradicción es una forma sociocultural altamente moderna que superpone la tolerancia, el buen vivir, y la comunicación funcional para evitar la destrucción cultural de un pueblo.

Cito a Echeverría, de la misma entrevista mencionada al inicio de este trabajo:

“En las sociedades americanas históricamente decisivas de esa época, la predilección por el barroquismo provino del empleo que los restos urbanizados de la población indígena hacía de la estrategia barroca: para salvar al mundo americano de la barbarie, que parecía ser el epílogo ineluctable de la Conquista, reconstruían en la práctica, con los cabos sueltos del mismo y con la ayuda de los “hijastros” de España, una imitación o representación escénica de la civilización europea; un mundo inventado que es en donde en muchos sentidos los latinoamericanos de hoy nos encontramos todavía”

A manera de conclusiones, las siguientes:

- El Ethos Barroco, es un modelo que se irá armando con las estrategias diarias desarrolladas por otras realidades como la de los migrantes, por ejemplo, que han implantado formas barrocas en Madrid, Barcelona, Milán o New York.

- Que tiene sustentadas oposiciones. A partir de un análisis de las posiciones filosóficas actuales, como la hermenéutica, el posmodernismo y el multiculturalismo, se plantea una crítica al Ethos barroco de Echeverría. Sin dejar de valorar sus aportaciones, según sus detractores, la principal insuficiencia reside en la dificultad de encontrar una modernidad alternativa frente a la globalización y el neoliberalismo, reduciéndose el concepto a las condiciones del siglo XVII. Hace falta incorporar otros tipos de modernidad como la socialista desarrollada por Mariátegui y Adolfo Sánchez, y el neobarroco por Samuel Arriarán y Beuchot.

- Que los nuevos tiempos políticos ecuatorianos tienen poco de socialistas mucho de barroco, pues reacomoda y refuncionaliza al estado, a través de un nuevo marco constitucional, para sobrevivir en un concepto cultural capitalista

“El Creo que son, hasta cierto punto, reacciones desesperadas sobre situaciones que han tocado fondo como la miseria, la destrucción, el mal uso de las instituciones... Son reflejos de un instinto de supervivencia de nuestras sociedades ante la amenaza de la barbarie del capitalismo.

“El pensamiento latinoamericano tradicionalmente ha ocupado otros discursos diferentes a los del canon de la filosofía clásica, es decir el canon noreuropeo (Alemania, Francia e Inglaterra). La literatura ha sido nuestra forma por excelencia de reflexionar. La literatura en Latinoamérica, en ese sentido, es al siglo XX lo que los sermones de los jesuitas al siglo XVI.”

.. Temerle a la cultura bastarda es negar nuestro propio mestizaje. Latinoamérica es el teatro Colón de Buenos Aires y MacchuPichu, Siempre en Domingo y Magneto, Soda Stereo y Verónica Castro, Lucho Gatica, Gardel y Cantinflas, el Festival de Viña y el Festival de Cine de La Habana, es Puig y Cortázar, Onetti y Corín Tellado, la revista Vuelta y los tabloides sensacionalistas.

Latinoamérica es, irremediablemente, MTV latina, aquel alucinante consenso, ese flujo que coloniza nuestra conciencia a través del cable, y que se está convirtiendo en el mejor ejemplo del sueño bolivariano cumplido, más concreto y eficaz a la hora de hablar de unión que cientos de tratados o foros internacionales. De paso, digamos que McOndo es MTV latina, pero en papel y letras de molde.

Y seguimos: Latinoamérica es Televisa, es Miami, son las repúblicas bananeras y Borges y el Comandante Marcos y CNN en español y el Nafta y Mercosur y la deuda externa.

Vender un continente rural cuando, la verdad de las cosas, es urbano (más allá que sus sobrepobladas ciudades son un caos y no funcionen) nos parece aberrante, cómodo e inmoral.

El trasfondo tras la ilusión del realismo mágico para la exportación (que tiene mucho de cálculo) lo aclara el poeta chileno Oscar Hahn en una introducción a una antología de cuentos ad-hoc:

"Cuando en 1492 Cristóbal Colón desembarcó en tierras de América fue recibido con gran alborozo y veneración por los isleños, que creyeron ver en él a un enviado celestial. Realizados los ritos de posesión en nombre de Dios y de la corona española, procedió a congraciarse con los indígenas, repartiéndoles vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento. Casi quinientos años después, los descendientes de esos remotos americanos decidieron retribuir la gentileza del Almirante y entregaron al público internacional otros vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento: el realismo mágico. Es decir, ese tipo de relato que transforma los prodigios y maravillas en fenómenos cotidianos y que pone a la misma altura la levitación y el cepillado de dientes, los viajes de ultratumba y las excursiones al campo".

Mi palabra V:. y Q:.Q:.H:.H:.
Peky Andino

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